lunes, 27 de agosto de 2012

Mi día a día


Hoy les voy a contar mi día a día, lo que hago usualmente. Todos los días de lunes a viernes tengo que ir a la universidad y como mis clases, la mayoría, son en la tarde me quedo sola en casa en las mañanas ya que mis padres salen a trabajar, mi hermana menor al colegio y mis hermanos mayores a la universidad. Usualmente no tomo desayuno en casa ya que como me queda cerca ir al Parque Kennedy, me encuentro con mi enamorado y vamos a tomar desayuno a un café o a un restaurante vegetariano cerca.
Después de tomar desayuno vamos a caminar o (si hay) me ayuda a terminar de hacer mi tarea. Algunos días mi tío está en su casa, cerca también, y aprovecho en ir a su casa pasar el rato con mis primos. Si no está muy ocupado nos ponemos a ver películas, jugar PS, jugar póker o a tocar el piano.
 Si no hay mucho que hacer suelo ir a dar un paseo en bicineta. Después de eso, almuerzo (usualmente sola), normalmente lo hago en el restaurante vegetariano que queda a unas cuadras y si no me alcanza el tiempo como algo en la universidad ya que mis clases empiezan a la 1 p.m.
Entro a clases, y después voy a casa, a veces ceno en casa y a veces ceno fuera antes de llegar. En la tarde llega la gente a mi casa. No me gusta ver mucha televisión, puedo ver hasta media hora y me aburro, a menos que pasen una buena película, prefiero estar en la computadora un rato (que tampoco uso mucho). Una de las cosas que más disfruto es leer. Y la otra cosa que disfruto aún más es DORMIR. Este es, normalmente, un día más en mi vida.

 

 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Mi miedo a las agujas


Miedos… todos tenemos uno. El mío: las agujas. Es que no soporto la idea de que te introduzcan un objeto metálico a la piel, si bien es (normalmente) para nuestro bienestar, las detesto. En realidad le tengo miedo a los cuchillos, las agujas y todo tipo de objeto punzo-cortante.  Pensar que me puedo abrir la piel, ver mucha sangre correr y la sensación de ardor combinado con el dolor del momento me pone la piel de gallina. Recuerdo que cada vez que me decían que me tenían que sacar sangre, era lo peor de todo. Claro que (si no, no lo hacía) poner música a todo volumen ayuda pero igual queda la sensación esa.
Hasta que decidí hacerme un tatuaje, recuerdo que fui con 2 amigas al lugar y no sé cómo demonios terminé siendo la primera en ser tatuada. Maldición! La máquina esa producía un sonido espantoso, pero una vez que el ‘tatuador’ empezó a dibujar el tatuaje me di cuenta que había logrado superar uno de mis más grandes temores. Hasta me empezó a dar cosquillas y empecé a reír, a tal punto que me dijeron que pare de moverme porque saldría mal.
Ahora le perdí por completo el miedo a ese tipo de objetos, si bien no fue de la mejor manera o con el mejor fin de todos, logré superarlo. Ahora muero por hacerme otro, pero debo de pensar bien qué hacerme. Porque después de todo la vida es una y no vas a estar pensando ‘y si lo hubiera hecho... que hubiera pasado’ si puedes hacerlo y tienes la oportunidad, hazlo y no la dejes pasar. Por lo menos esa es mi manera de ver las cosas, tengan en mente CARPE DIEM (vive el momento) y háganlo. 

inyección